EL VALOR DEL TIEMPO: LO ÚNICO QUE NUNCA REGRESA.

Un día tiene 24 horas, pero la diferencia está en cómo las usas. Descubre cómo invertir tu tiempo en lo que realmente importa.

El tiempo: realidad, ilusión... o elección.

El tiempo nos rodea. Lo medimos en relojes, lo organizamos en calendarios, lo vivimos en rutinas... Y aun así sigue siendo un misterio. Algunos filósofos, dicen que es solo una construcción de la mente. La ciencia moderna afirma que es relativo. Y hay quienes sostienen que, tal vez, el tiempo ni siquiera existe fuera de nuestra percepción.

Pero lo que no podemos negar es que nuestro cuerpo sigue un ciclo: envejecemos, recordamos lo que fuimos, intentamos anticiparnos a lo que seremos y habitamos un presente que, para todos, dura lo mismos: un día tiene 24 horas y una hora tiene, 60 minutos. Lo único que marca la diferencia es qué hacemos con ese saldo temporal. Podemos invertirlo en lo que nos acerca a nuestros propósitos o dejarlo ir en cosas que mañana ni recordaremos.

El problema es que rara vez lo pensamos. Vivimos en piloto automático, confundiendo lo urgente con lo importante y dejamos que las distracciones nos arrastren.

Basta ver cuánto tiempo pasamos frente a una pantalla, deslizando sin rumbo, para comprender cuánto dejamos de lado lo que realmente nos importa.

Las escuelas deberían enseñarnos a administrar el tiempo, porque administrar el tiempo es administrar la vida. Sin embargo, solemos cambiarlo por dinero, como si fuera menos valioso. Paradójicamente, nos interesa más aprender a manejar el dinero

–que a veces ni siquiera tenemos–, pero casi nunca a manejar el tiempo, que es lo único que nunca regresa.

detenernos a revisar en qué lo invertimos puede ser revelador. Tal vez descubramos hábitos improductivos. Y reconocerlos ya es el primer paso para cambiarlos. No se trata de controlar cada minuto ni de vivir sin espontaneidad, sino de dar espacio a lo que nos llena y nos aporta paz interior.

Con esa claridad incluso las metas más lejanas parecen alcanzables, porque aprendemos a dar pasos pequeños y constantes hacia ellas. También evitamos crisis innecesarias, porque dejamos de seguir expectativas ajenas y empezamos a seguir un camino que de verdad nos nutre.

El tiempo no vuelve. Nunca.

La pregunta es: ¿en qué lo estas invirtiendo hoy?

-Cuéntame en los comentarios: ¿qué actividad le da más valor a tu tiempo y qué hábitos quisieras cambiar para aprovecharlo mejor? Me encantará leerte.

Auren...