
AMARRES DE AMOR: CADENAS DISFRAZADAS DE AFECTO.
Los amarres de amor prometen controlar los sentimientos del otro, pero detrás de esa ilusión se esconden heridas, vacíos y miedo a la pérdida. este articulo explora qué hay realmente detrás de ese deseo de tener a alguien y porqué el verdadero amor no se impone, se elige.
Amarres de amor: cadenas disfrazadas de afecto
Hace unos días vi un anuncio que capturó mi atención. No era la primera vez que me encontraba con algo así, pero esta vez, me detuve a leerlo con más cuidado.
Decía:
"AMARRES DE AMOR A DOMICILIO. REGRESO HUMILLADO Y ARRASTRADO A SU SER AMADO EN MENOS DE 8 DIAS."
Las palabras humillado y arrastrado resonaron en mi mete. ¿Cómo es posible que alguien hable de un "ser amado" en la misma frase en la que promete verlo rendido y sometido?
Con curiosidad entré al anuncio. Para mi sorpresa, había varias personas pidiendo mas información, interesadas en contratar ese "servicio". Entonces me pregunté:
¿Qué relaciones han vivi estas personas para llegar a desear algo así?
¿Cómo se ven a sí mismas frente al espejo?
¿Qué clase de amor recibieron para confundir amor con sometimiento?
Los amarres de amor reflejan heridas emocionales profundas: miedo al abandono, baja autoestima y la sensación de no ser suficiente por uno mismo. Quien quiere tener a alguien de rodillas no busca amar, busca llenar un vacío. Esas heridas de abandono y rechazo son las que hacen creer que el control es una forma de seguridad.
Pero el deseo de que alguien regrese humillado nunca es amor; es un intento desesperado de sentirse suficiente.
Incluso si alguien lograra tener de vuelta a esa persona "arrastrada y humillada", el vacío seguiría allí. Porque en lo mas intimo persistirá la duda: ¿está conmigo por decisión propia o porque algo externo lo obliga?
El control da una sensación momentánea de seguridad, pero no construye un vínculo sano. La relación se convierte en una cadena: alguien retiene y el otro permanece, pero no por elección. Y un amor sin elección pierde su esencia.
El amor no se sostiene en el sometimiento. El verdadero amor no exige rodillas dobladas ni renuncias forzadas; al contrario, permite crecer, elegir y caminar en libertad.
Quizá estos anuncios, más que prometer "poder", revelan lo mucho que aun necesitamos sanar nuestras propias heridas emocionales. Porque solo cuando aprendemos a mirarnos con suficiente valor dejamos de necesitar cadenas para sentirnos acompañados.
Y ahora me gustaría leerte a ti:
¿Crees que el amor verdadero puede crecer donde existe el control?
Auren...
